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La asignatura Educación Especial, tiene carácter de asignatura obligatoria en el Profesorado de Educación Especial (Fac. de Ciencias Humanas), es por tanto cursada por todos los alumnos que realizan los estudios correspondientes a dicho profesorado. En el Plan de Estudios 013/00 vigente actualmente le corresponde un crédito horario de 60 horas y se dicta en el primer cuatrimestre de primer año de la carrera.
Con el desarrollo del presente programa se pretende proporcionar a los alumnos un conjunto ordenado, significativo y funcional de conocimientos tanto teóricos como prácticos, que sean pertinentes y relevantes a los efectos de lograr una mejor comprensión global de la Educación Especial, conocer el pasado para poder entender su presente.
El futuro profesor de Educación Especial debe generar nuevos criterios tendientes a la creación de situaciones educativas construidas desde y para la diversidad, se ha dejado de poner el énfasis en las limitaciones de una patología para centrar la preocupación en el abordaje pedagógico, en la interacción entre los factores que provienen del sujeto y los procedentes del contexto, resaltando las posibilidades, las necesidades, los intereses, las capacidades y las potencialidades de los alumnos con necesidades educativas especiales.
Hoy podemos hablar de un nuevo paradigma en Educación Especial, los caminos transitados fueron duros, difíciles y largos, pasamos del asistencialismo terapéutico de la patología hacia una orientación definitivamente educativa y desde el encierro, el individualismo, la exclusión hacia la normalizacón, la integración, la diversidad, la inclusión.
Esto no implica que no debamos seguir la lucha por el reconocimiento y la aceptación definitiva de la diversidad (que no implica solo las discapacidad) en un contexto socialmente discriminatorio. Lo que sí debemos reconocer es que, en nuestro país, desde la década del ’80, se vienen paulatinamente generando experiencias de integración de alumnos con necesidades educativas especiales en los sistemas de educación común, algunas con mucho éxito, otras no tanto. Legitimadas, hoy, a partir de la sanción de la Ley Federal de Educación, que permitió algunos replanteos tanto de la educación común como de la educación especial, constituyendo hoy, dos modalidades interactuantes, donde los intercambios son posibles.
Estas experiencias le permitieron al docente de Educación Especial por un lado, cambiar sus prácticas asistencialistas por prácticas eminentemente educativas y por otro visualizar que la persona con discapacidad, más allá de la patología, es un sujeto con posibilidades que puede generar cambios, adaptándose a nuevas situaciones que lo favorecen. Por ello se trata de enriquecer, cuestionar y reestructurar las representaciones y acciones de los futuros docentes.
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