La Comunicación Gráfica afronta fuertes desafíos y está sometida a procesos de transformación para adaptarse y competir dentro de los sistemas de comunicación, caracterizados por los constantes avances tecnológicos y la cultura de la imagen televisiva. La supremacía de esta última, aparte de impactar en las disposiciones perceptivas y de privilegiar el consumo de los mensajes audiovisuales, convierte decididamente la realidad social en una representación parcial, fragmentada y escasamente analizada, que hasta se propone como ‘espectáculo’, a causa de la lógica del impacto, la primicia y el rating. Este panorama hace necesario el reposicionamiento del texto escrito, que aporta mayor análisis, contextualización e interpretación; y que incluso, a pesar de sus limitaciones para informar en vivo, no por eso deja de tratar la actualidad y ofrecer primicias, gracias a sus propios recursos y a la investigación. Este mismo reposicionamiento sugiere el auge del hipertexto, pues requiere mayores competencias para su comprensión y, por supuesto, para su producción. Dado el carácter de la carrera, la atención se centra en los medios masivos de tipo periodístico, pero también se consideran otros modos de comunicación gráfica.
Al establecer sus contenidos, el curso de Comunicación Gráfica (CG) de la Licenciatura en Comunicación Social tiene en cuenta ese panorama de los medios y de los múltiples productos comunicacionales, para responder también así a sus objetivos específicos establecidos en el Plan de Estudios (Ord. 002/99), tales como valorar la vigencia de esta forma de comunicación y su complementariedad con los demás medios, y adquirir los conocimientos y las capacidades propias que requiere la gráfica. Asimismo el curso contribuye a delinear los rasgos del profesional propuestos por el mismo Plan, entre los que se destacan la idoneidad, la responsabilidad frente a la comunidad, el papel crítico y la capacidad de comprender e interpretar la constitución del proceso de la comunicación social y su aplicación a la actividad humana (art. 10°).
Por eso, a los contenidos mínimos, que acentúan los aspectos normativos y técnicos de los mensajes que circulan en soporte gráfico, no sólo se agregan otros del mismo orden, sino que se proponen enfoques semióticos, sociológicos, lingüísticos y de orientación cognitiva, que brindan sustento teórico y elementos de análisis para comprender el valor de esos mensajes dentro de los procesos comunicacionales. Además, tanto los objetivos de CG como la consideración de los contenidos de los restantes cursos de la Carrera y el perfil del egresado sugieren que desde CG también se amplíe lo referente al tratamiento de las principales tipologías textuales, en particular las del ámbito periodístico, incluida la práctica en la realización de textos descriptivos, narrativos y argumentativos. Esto cubre una parte importante de la formación, que no posee otra instancia –y menos aún tan específica como ésta- para su abordaje. De ahí que el curso adquiere una triple dimensión: teórica, normativa y práctica.
Para delimitar tales contenidos se tiene presente la preparación previa proporcionada por Redacción para los Medios y Géneros Mediáticos, con los que CG guarda correlatividad. Asimismo se tiene en cuenta el curso previsto por el Plan sobre Producción y Realización Gráfica, que aporta elementos complementarios dentro de la orientación en Producción Medial y Multimedial. Sin perjuicio de esta orientación ni del curso de Periodismo Gráfico, del que participan sólo quienes optan por el título intermedio de Periodista Universitario, CG debe dotar a todos los estudiantes de los conocimientos y las herramientas que los hagan competentes para elaborar mensajes y productos impresos e informáticos, sean periodísticos, educativos o institucionales, en función de las opciones que brinda la Licenciatura.
Con respecto a la dimensión teórica, los diversos enfoques antes mencionados se articulan entre sí para comprender en profundidad los procesos comunicacionales en las instancias de producción y de consumo de los mensajes: la realidad social no es concebida simplemente como la suma de los hechos en sí mismos, sino como la atribución de sentido por parte de los diversos actores, y sobre todo por la rutina de los medios, a partir de la cual esa realidad asume forma narrativa. La referencialidad de las expresiones lingüísticas, por su parte, se concibe ligada a las construcciones culturales, cuya recepción es determinada por los hábitos interpretativos de una comunidad. De modo semejante, en los diversos géneros textuales se reconocen las formas de producción en serie de “objetos-actualidad”, las que especifican a su vez los hábitos o matrices de lectura. La lingüística, por su parte, porporciona los recursos y las estratagias para la producción de esos textos; abarca las normativas de la gramática y de las diversas estructuras narrativas, como también algunas pautas estilísticas, y hace presente especialmente la perspectiva pragmática.
Por otra parte, la imagen en sus variadas formas, la diagramación, los formatos y demás recursos del diseño no son asumidos como meros complementos, herramientas o soportes de los mensajes, sino como partes en cierta forma constitutivas de ellos, y que incluso proporcionan señales ideológicas y persuasivas. En consecuencia, los procesos de edición y diagramación de las producciones impresas o informáticas, como asimismo la dialéctica imagen-texto, aparte de suponer el dominio de las técnicas específicas, requieren igualmente el sustento teórico que dé cuenta de los mecanismos de la codificación gráfica, de las intencionalidades subyacentes y de la percepción humana. Con este propósito se recurre una vez más a la semiótica y sobre todo a los aportes psicológicos de orientación cognitiva, en concreto a la teoría de la Gestalt, para que el comunicador que opera con un soporte gráfico sepa articular todos los recursos, convocar, informar e incluso persuadir eficientemente.
En definitiva, este curso procura una formación de los comunicadores gráficos que articule la capacitación técnica con la teoría: competenca en el manejo de los códigos y de los recursos involucrados en la producción de mensajes impresos o informáticos, junto con un marco teórico que les permita dar razón de su actividad y los convierta en protagonistas críticos y responsables de la propia práctica profesional. Práctica que el Plan de Estudios define como servicio y que lleva aneja una función educativa, con el poder de construir representaciones socialmente significativas de la realidad, de estimular las actitudes críticas y la participación ciudadana y de afianzar los valores democráticos.
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